El grupo asturiano NueveConDiez presenta su segundo LP 'Todo Se Pudre Bajo el Mismo Sol', compuesto por nueve canciones que partiendo de una base del más puro rock rudo se perfilan con retazos de diferentes estilos, desde el punkrock mas clásico al metal, pasando por sonidos cercanos al grunge o al stoner que conforman la esencia del peculiar sonido de la banda.
Dividido en dos partes, el grupo propone un viaje comenzando con el tema que da nombre al álbum 'Todo Se Pudre Bajo el Mismo Sol', donde ya desde los primeros acordes nos ponen alerta mediante riffs rabiosos y contundentes; continúan en la misma línea con 'No Hay Piedad', tema del que sacaron el primer videoclip. El siguiente corte, 'Te Quemas', que cuenta con la colaboración de Arma X, destila rabia en todos los sentidos, y'Mayo', un canto crítico a la lucha inacabada y tema veterano en el setlist de la banda, renace con un sonido más duro, más elaborado y más fiero, con una cabalgada final que se convierte en un cierre perfecto para la primera parte.
Una lluvia propia del territorio asturiano, acompañada de truenos densos y constantes nos introduce en la segunda parte, oscura e introspectiva, donde las letras indagan en lo más profundo del ser humano, cuestionándose temas como el poder, el sometimiento, la avaricia... Clara muestra de ello es 'Macabra Redención', tema donde Fran Jiménez hace gala de unos solos potentes, originales y virtuosos, que visten y siguen la personal y desgarrada voz de Fran Rubio como si de una segunda voz se tratara.
'La Senda del Perdedor' hace un pequeño parón para introducirnos en un tempo más lento, que poco a poco va ascendiendo a lo largo de la canción, para finalizar en un caótico y visceral cierre. Este segundo pasaje cuenta también con 'En los Montes', un homenaje al recuerdo de los que lucharon y no se rindieron, donde la aportación de Konse de The Constant lo dota de la rabia y profundidad que emana; en esta canción queda patente el peculiar sonido del grupo y sus distintas influencias musicales. La nota discordante la pone 'Mi Caballo de Turín', quizá la canción más oscura de todas: su letra agonizante y atractiva línea de voz, nos trasladan con cada palabra a un abismo descrito con fiereza; la potente voz de Zyrus de Kaothic, se convierte en una combinación perfecta en los fragmentos desgarrados que juegan con una dulzura envuelta de una dureza palpable, aunados mediante unas guitarras pesadas y envolventes, que se apoyan en todo momento en la innegable contundencia del bajo de Isma Domínguez y la batería de Diego Reyes, técnica y espontánea.
Por último, 'De Principios...', una declaración de intenciones que cuenta con la colaboración de Darío Cancela deTrapacero, se convierte en un cierre perfecto para el disco, al ser una canción de lo más punk-rock pero guardando el ya cada vez más definido estilo personal del grupo.
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